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El infarto fulminante es una de las principales causas de muerte súbita. Después de un infarto, el corazón puede dejar de trabajar por haber sufrido necrosis en una zona de su músculo o por haber surgido una arritmia maligna. En ambos casos, el corazón se vuelve incapaz de bombear sangre correctamente, llevando un paciente a un colapso circulatorio, que es una situación en que los órganos y tejidos del cuerpo no reciben sangre correctamente
En este texto vamos a explicar cómo ocurre un infarto fulminante, qué es una arritmia cardiaca maligna, y por qué algunas personas tienen infarto cardíaco y pueden llegar a tiempo al hospital, mientras que otras presentan un cuadro de un infarto con muerte súbita.
Para obtener información acerca de otras causas de muerte súbita, además de infarto masivo, lea: CAUSAS DE MUERTE SÚBITA.
Vamos a llamar infarto fulminante aquél que causa el óbito del paciente antes que haya tiempo de una atención médica, o sea, el paciente muere antes de llegar al hospital. Cerca del 15% de los infartos se manifiestan con muerte súbita, no dando oportunidad al paciente. Afortunadamente, los otros 85% logran llegar a tiempo al hospital.
Vamos a empezar con lo básico. Cualquier célula de nuestro cuerpo necesita de sangre para vivir; cuando una arteria sufre una obstrucción repentina del flujo sanguíneo, los tejidos alimentados por la misma sufren isquemia y necrosis. Llamamos infarto a la muerte de un tejido. Un infarto puede ocurrir en el cerebro, riñón, pulmón o cualquier otro órgano del cuerpo. Infarto de corazón o infarto de miocardio, por lo tanto, significa la muerte de las células musculares del corazón (llamadas miocardio) debido a la falta de irrigación sanguínea.
Las arterias que llevan sangre a los tejidos del corazón se llaman arterias coronarias. Nuestro corazón tiene dos grandes arterias responsables del suministro sanguíneo cardíaco: la arteria coronaria izquierda, que alimenta el lado izquierdo del corazón, y la arteria coronaria derecha, que alimenta el lado derecho del corazón. Para que todo el tejido cardíaco reciba sangre, estas arterias coronarias necesitan ramificarse, formando una gran red de vasos sanguíneos alrededor del corazón.
Cuanto mayor es el área infartada, es decir, cuanto más extensa es la región muscular que sufrió necrosis debido a la falta de nutrición sanguínea, mayor será la severidad del infarto. Observa en la ilustración a continuación el ejemplo de 3 lugares diferentes para una obstrucción de las arterias coronarias y sus respectivas consecuencias.
Observa que cuanto más cerca del nacimiento de las arterias coronarias ocurre la obstrucción, mayor es la zona afectada. No es difícil entender por qué la obstrucción en la tercera figura es mucho más grave que en la primera. Todo aquel músculo necrosado se vuelve inútil e incapaz de contraer para bombear la sangre. Cuando, de repente, perdemos nuestra bomba de sangre, entramos en colapso, que es llamado shock circulatorio.
Además del shock circulatorio, llamado en este caso específico de shock cardiogénico por originarse en el corazón, existe otra causa importante para una muerte rápida después de un infarto: las arritmias cardiacas. El tejido cardiaco que sufre infarto ya no consigue más transmitir los impulsos eléctricos normales del corazón, causando disturbios en la conducción eléctrica, lo que favorece la aparición de arritmias cardiacas graves. Son las arritmias malignas las principales responsables de la muerte súbita de origen cardíaco. Más del 70% de ellas ocurren debido a la enfermedad isquémica del músculo cardiaco.
En verdad, un infarto extenso es un gran riesgo, pero no es la única causa de un paro cardíaco. Varios pequeños infartos acumulados durante años o una isquemia única, aunque no sea demasiada extensa, pero ubicada en un área noble de generación y transmisión de los impulsos eléctricos del corazón, también pueden ser un disparador de arritmias malignas, conduciendo a un paro cardiaco. Por lo tanto, dos factores son importantes en el pronóstico de un infarto: tamaño y localización del área afectada.
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Llamamos arritmia maligna aquella que no produce los impulsos eléctricos necesarios para el correcto ritmo cardiaco. El corazón trabaja muy sincronizado. Si los impulsos eléctricos no aparecen en el momento adecuado y no se transmiten correctamente, el corazón no será capaz de contraerse y bombear sangre correctamente.
La principal arritmia responsable de muerte de origen cardíaco es la fibrilación ventricular. Durante una fibrilación ventricular, los estímulos eléctricos se vuelven caóticos, siendo incapaces de generar una contracción del músculo del corazón de forma sincronizada; el corazón simplemente empieza a temblar y ya no puede más bombear sangre al resto del cuerpo. Un corazón en fibrilación ventricular es, básicamente, un corazón parado, sujeto a una tormenta de impulsos eléctricos inútiles.
Después de algunos minutos en fibrilación ventricular, los tejidos del resto del cuerpo empiezan a morir, incluyendo el cerebro. Una persona en fibrilación ventricular está técnicamente muerta y debe ser reanimada inmediatamente, antes que el cerebro muera por falta de circulación de la sangre. Si no se revierte rápidamente con un desfibrilador (shock eléctrico), el paciente muere en cuestión de minutos.
Cuando el paciente está en fibrilación ventricular, solamente el masaje cardiaco no es suficiente para salvar su vida. Por ello, en los últimos años, aeropuertos, aviones, casas de espectáculos, centros comerciales y otros lugares con gran movimiento de público tienen desfibriladores eléctricos disponibles para cualquier evento de un paro cardíaco súbito en sus establecimientos.
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El paciente habitualmente empieza con un cuadro de cansancio, sudoración y dolor en el pecho, al igual que en cualquier otro infarto Si el área del corazón afectada es muy grande, el corazón entra en colapso, y el paciente evoluciona rápidamente para un cuadro de shock cardiogénico, que se caracteriza por hipotensión arterial y dificultad severa para respirar. Si el paciente tiene una arritmia maligna, pierde la conciencia y la respiración. El cuadro es dramático, porque, como ya fue dicho, una fibrilación ventricular es una forma de paro cardíaco.
Es importante tener en cuenta que la arritmia puede surgir en cualquier momento. En algunos pacientes surge justo después del inicio de los síntomas; en otros pueden aparecer solamente después de pocas horas del inicio del infarto, muchas veces con el paciente dentro del hospital, lo que, en este caso, aumenta considerablemente las posibilidades de revertir el cuadro.
Todo paciente con un cuadro de dolor en el pecho repentino debe ser evaluado por un médico. Es imposible, sin evaluación médica, predecir cual infarto evolucionará bien o mal solamente con base en los primeros síntomas.
No siempre es posible predecir de antemano quién tiene probabilidad de sufrir un infarto fulminante. Los principales factores de riesgo son los mismos para cualquier infarto:
– Adultos mayores de 50 años.
– Diabetes Mellitus (Lee: ¿QUÉ ES LA DIABETES?).
– Tabaquismo.
– Obesidad (Lee: CALCULA TU PESO IDEAL Y IMC – Índice de Masa Corporal).
– Consumo de cocaína.
– Colesterol alto (Lee: COLESTEROL HDL, COLESTEROL LDL Y TRIGLICÉRIDOS).
– Alcoholismo.
Cuanto más factores de riesgo una persona tiene, mayor será la probabilidad de tener enfermedad en las coronarias, aumentando el riesgo de un infarto más extenso. Pacientes con muchos factores de riesgo, principalmente si son hombres mayores de 50 años, deben ser evaluados por un cardiólogo.
Cuando la obstrucción de las coronarias ocurre de forma lenta y progresiva, el paciente comienza a sentir los síntomas de una disminución del suministro de sangre al corazón. Se llama angina, un dolor en el pecho que se presenta en momentos de estrés o esfuerzo y desaparece en reposo. La angina es una isquemia transitoria causada por una obstrucción parcial de las arterias coronarias. La sangre llega al músculo cardíaco en cantidad menor, pero no se reduce tanto hasta el punto de causar una necrosis.
Los pacientes con angina generalmente buscan atención médica antes de que ocurra la obstrucción completa de las coronarias, consiguiendo a través de un cateterismo cardíaco identificar y corregir las obstrucciones en el tiempo cierto, antes de tener un infarto. Para aprender más sobre angina, te sugiero que leas el texto: SÍNTOMAS DE INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO Y ANGINA.
A través de la cateterización, también llamada angiografía coronaria, se puede mapear todos los vasos del corazón. Si el médico encuentra, por ejemplo, una arteria con un 80% o 90% de obstrucción, sabemos de antemano que este paciente está al borde de un infarto. Esta obstrucción hay que ser corregida por medio de una angioplastia. Algunos pacientes presentan lesiones coronarias severas que necesitan de cirugía, el famoso puente de safena, para reemplazar las arterias enfermas (Lee: CATETERISMO CARDÍACO – Angioplastia con Stent).
Pacientes que ya han sufrido infartos previos y presentan varias pequeñas zonas de tejido necrótico cardíaco o insuficiencia cardíaca, presentan gran riesgo de arritmias malignas. A través de estudios de la actividad eléctrica del corazón, el médico puede reconocer quiénes son pacientes con alto riesgo de arritmia maligna
En estos casos, el cardiólogo puede indicar la colocación de un desfibrilador implantable, que es un dispositivo pequeño, similar a un marcapasos, capaz de reconocer la aparición de una arritmia cardiaca. Cuando el paciente entra en arritmia maligna, el desfibrilador reconoce el problema y le salva la vida, liberando inmediatamente una descarga eléctrica capaz de abortar la arritmia.
Sin embargo, no todos los pacientes presentan algún tipo de síntoma antes del infarto. Por lo tanto, repito, la evaluación de un cardiólogo es siempre necesaria en personas con factores de riesgo.
Si el paciente tiene una isquemia cardíaca y evoluciona con una arritmia maligna fuera del habiente hospitalario, las posibilidades de sobrevivir son muy pequeñas. La fibrilación ventricular debe ser revertida con un desfibrilador en cuestión de minutos. Después de 10 minutos de fibrilación, la mayoría de los pacientes ya no podrá salvarse, inclusive si el shock eléctrico del desfibrilador haya sido dado. Además, cuanto más tiempo el paciente permanece en paro cardiaco sin atención médica, mayor será el riesgo de lesión permanente del cerebro. Mientras el corazón está parado, el cerebro está sin recibir sangre.
Es debido a la urgencia en el tratamiento de arritmias malignas que, como ya hemos dicho, algunos locales públicos ya tienen desfibriladores automáticos. Generalmente estas máquinas son de simples manejo y pueden ser operados por personas legas; basta conectar las palas en el pecho del paciente, tal como se mostrará, encender la máquina y alejarse. El resto del trabajo ella lo hace sola.
Si el paciente ha sido previamente evaluado por un cardiólogo y usa un desfibrilador implantable, probablemente esto salvará su vida, porque el choque vendrá inmediatamente después del inicio de la arritmia.
Es importante destacar que la reversión de la arritmia es solamente el primer paso en el tratamiento del infarto severo. Este paciente no deja de tener un infarto solamente porque la arritmia fue tratada; él necesita ser hospitalizado y todavía puede venir a fallecer en virtud de varias otras complicaciones del infarto, como una insuficiencia cardíaca severa (Lee: INSUFICIENCIA CARDÍACA – Causas y Síntomas).